Como aperitivo, les dejo un fragmento de la novela que no le queda nada para su venta al público. Estamos todos ansiosos...
...La bruma que cubría los húmedos tejados en los caserones de Navacerrada comenzó a disiparse. La temperatura se colocó a cero grados abriendo paso a los primeros copos de nieve de la estación invernal. Dentro, la estufa a leña en casa de Ignacio Robles, se manifestaba a través del impulso de una estela de humo grisácea que despedía la chimenea de ladrillos color negro. La lenta ebullición de los leños de roble rojizo, llegaría a calentar el gran salón durante toda la noche. Los vidrios empañados por la diferencia de temperatura con el exterior, transpiraban helados, mojando los bordes de la moqueta expuesta bajo los ventanales.
Luciano Pavarotti, sonaba violentamente sacudiendo los cuadros del pintor argentino Florencio Molina Campos (El “Mesmo que Pejej” y “Pa Tizón del Infierno”) apostados cerca de los potentes altavoces, ocultando cualquier otro sonido que pudiera surgir en algún momento.
Entre tanto, la tenue luz del fogón resplandecía en su cuerpo completamente desnudo...
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