Álgida Piel
A veces el amor resulta inesperado. Un día das vuelta a la esquina y te la encuentras. La atracción es mutua. Nos seguimos sin saberlo; muy de cerca, percibiendo nuestros olores; al límite de su fría piel. Ella entra en un bar y yo la sigo. Compartimos las primeras copas, palabras tímidas llenas de pudor que se escapan entre risas inocentes, pero el alcohol nos anima. Nace un romance en el que ella se arranca el corazón del pecho y me lo entrega. Uno, dos latidos; ya está muerta.
Uno suele hacer cosas locas por amor... hasta entregar el corazón! (¿literalmente o figurativamente?)
ResponderEliminarEs lo que tienen los microrrelatos Sebastián, la magia de percibir el texto de acuerdo a tu forma de pensar, en el estado de ánimo en el que te encuentres en ese momento. Hay muchos escenarios implícitos que el lector se lo plantea de diferentes maneras. Pero todo conlleva a un mismo punto, la mujer está dispuesta a darlo todo por aquel amor inclusive su vida.
ResponderEliminarfuerte y directo...
ResponderEliminarMe alegro que te llegara Flor. un saludo y gracias
ResponderEliminarPrecioso relato. Sin tregua.
ResponderEliminarQue lejos queda de el amor primerizo y la inocencia el "dar el corazón" o el devenir de los años siguientes, dónde quizás te lo arrancan o no permites que lo hagan.
ResponderEliminarMuchas gracias Ivan, me alegro que te gustara, un saludo
ResponderEliminarEl amor puro, donde uno lo entrega todo...
ResponderEliminarGracias delocosyenajenados.
Un saludo